Me encanto esta película, mis últimos años voy con frecuencia al cine a ver todas las pelis q salen de niños y niñas y hace rato no me emocionaba tanto una.Pude ver tantas enseñanzas para la crianza, aquí les cuento:
Moana una niña alegre que siente una gran curiosidad por la vida en especial por el océano descubrirlo, conocerlo, disfrutar mar adentro para encontrar cosas maravillosas. Pero, se dedica a ser la hija que sus padres quieren, aún sin ser ella feliz, pero en su corazón siente que quiere algo distinto y sabe que es, el problema es que va en contra de los designios de su padre.
¿Cuántas veces limitamos las capacidades de nuestros hijos por nuestros miedos, por nuestro dolor? No les permitimos conocer el mundo y que descubran lo maravillosos que son ellos mismos y que capacidad tienen para cumplir sus sueños, aunque fracasen ya encuentran una gran enseñanza que en ningún otro lugar ni otro cuerpo se aprende por el mismo, pero nuestro temor como padres es más grande que eso y sé que es por el gran amor que les tenemos, pero en ocasiones los limitamos a florecer, de crecer y de hacer suyos tantos anhelos y metas.
Así como alguien robo el corazón de Tefiti y su tierra no pudo seguir verde, fértil y llena de vida, cuanto podemos robar nosotros la esencia de los niños, de nuestros hijos, su imaginación la fuente de construir sus sueños.
No necesitamos hijos perfectos que cumplan nuestros sueños, necesitamos niños empoderados que sepan cuales son SUS sueños, y que descubran como alcanzarlos así quieran llegar a esa línea donde se une cielo y mar.
Y si en ese camino que nuestros hijos han elegido se encuentran en un punto donde quieren rendirse porque no ha sido fácil, alentémoslos a continuar buscando soluciones si es lo que su corazón desea.
Y en esto destaco el papel de la abuela que me encantó, siempre alegre y con buen humor, moviendo la curiosidad de Moana sin imponerle decisiones, solamente con preguntas es capaz de hacerla reflexionar, aunque haya desistido, la invita a pensar en la meta que se había fijado.
Suena sencillo pero a veces es lo mas difícil: aceptar a nuestro hijo tal cual es, así tan puro, en su esencia. Con sus defectos y habilidades, con sus sueños y los que ha rechazado.
No los retengamos a nuestra orilla, enseñemos valores y habilidades de vida para que sean capaces de encontrar la solución que los ayude a salir de una tormenta, y que siempre sepan que nuestro amor no es a cambio de nada, los amaremos pase lo que pase.
Confiemos en ellos y nuestras enseñanzas prevalecerán al final de los mares que decidan cruzar y volverán al lugar donde pertenecen.